Don Pelayo (f. Cangas de Onís, 737) fue el primer monarca del reino de Asturias, que rigió hasta su muerte. Su origen es controvertido y se le atribuyen los orígenes más variados. La Crónica albeldense le hace un noble godo («XV. ITEM ORDO GOTORUM OBETENSIUM REGUM. Primum in Asturias Pelagius rg. in Canicas an. XVIIII. Iste, ut supra diximus, a Uittizzanc rege de Toleto expulsus Asturias ingressus).a El testamento de Alfonso III, del año 869, en que el rey Magno dona al presbítero Sisnando la iglesia de Santa María de Tenciana (Tiñana, Siero) que su tío Alfonso el Casto había ganado de las propiedades pertenecientes a su bisabuelo Pelayo, vincula territorialmente a Pelayo con el área central de Asturias, aunque sin aportar datos sobre su lugar de origen.
Frenó la expansión de los musulmanes hacia el norte, comenzó la Reconquista y se le ha considerado tradicionalmente como el fundador del Regnum Asturorum, aunque recientes investigaciones arqueológicas sugieren que podría haberlo hecho sobre una organización política local previa.
Matrimonio y descendencia
Don Pelayo contrajo matrimonio con Gaudiosa y fruto de su matrimonio nacieron dos hijos:
Favila de Asturias (m. 739). Fue el segundo rey de Asturias. Contrajo matrimonio con Froiluba y fue sepultado en la iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís.
Ermesinda. Contrajo matrimonio con Alfonso I, tercer rey de Asturias e hijo del duque Pedro de Cantabria. La tradición sostiene que sus restos reposan en la actualidad en la Santa Cueva de Covadonga junto a los de sus padres y los de su esposo.