Notas |
- Pedro González de Lara (muerto el 16 de octubre de 1130) fue un magnate castellano. Sirvió a Alfonso VI de joven, y más tarde se convirtió en el amante de la heredera de Alfonso, la reina Urraca. Puede que se uniera a la Primera Cruzada siguiendo a Raimundo IV de Tolosa, ganándose el apodo de «El Romero» («el errante, el peregrino»). En el apogeo de su influencia fue la persona más poderosa en el reino después del monarca. La preponderancia de su poder en Castilla está atestiguada en numerosos documentos entre 1120 y 1127.[1] Se opuso a la sucesión del heredero legítimo de Urraca, Alfonso VII. Este conflicto terminó con su muerte prematura.
Fue en la generación de Pedro que se comenzó a utilizar en los reinos ibéricos el uso de toponímicos en vez de solamente el patronímico y Pedro fue el primer miembro de su linaje que añadió a su patronímico el «de Lara», una costumbre continuada por sus descendientes. Un buen ejemplo del estilo de Pedro se encuentra en una carta real de 1 de febrero de 1124: uenerabilis comes dominus Petrus de Lara, «el venerable conde don Pedro de Lara».[2]
Pedro González era hijo del conde Gonzalo Núñez de Lara, el primer miembro claramente identificable de la familia Lara y su esposa, Goto Núñez. Estaba emparentado con el conde Gonzalo Salvadórez, quien también tenía tierras en Lara, y tuvo varios hermanos, entre ellos el conde Rodrigo González y María, señora de los Cameros por su matrimonio con Íñigo Jiménez. Las tierras de la familia Lara estaban localizadas en Castilla la Vieja. Entre el 27 de 1088 y 10 de noviembre Pedro 1091 diciembre sirvió como alférez, abanderado de la comitiva del rey.[1] Al final de este servicio firmó documentos justo debajo de los nombres de los condes del reino.[n. 1] El conde de Lara fue sustituido como alférez por Gómez González a principios de 1092. Una carta fechada en mayo de 1098 referida al «Conde Pedro, alférez» es casi seguro una falsificación ya que Gómez aún ejercía ese cargo en marzo, abril y mayo de ese año y nunca fue nombrado como conde antes de 1107.[3]
No hay dudas de que el alférez Pedro González fue el hombre que más tarde fue conde de Lara. Hay al menos otro homónimo y coetáneo quien junto a su esposa Elvira Fernández, vendió una parcela de tierra por 400 sólidos al conde Fruela Díaz y su esposa Estefanía.[4]
Descendencia
A mediados de 1110, el conde Pedro se convirtió en el amante de la reina reinante, Urraca y en una de las figuras más influyentes en el reino. En Urraca tuvo una hija, Elvira, y un hijo, Fernando Pérez Furtado, llamado así porque se le privó de una herencia por ser bastardo. (Hurtado significa «robado»). Elvira se casó con Bertrán de Risnel según los deseos de su medio hermano Alfonso VII.[7]
En 1109[8] Pedro González se casó con la condesa Eva (Ava), la joven viuda del conde García Ordóñez, que había gobernado Nájera y falleció en la Batalla de Uclés en 1108. Aunque Ava fue considerada hija del conde Pedro Froilaz, lo más probableme es que sus orígenes fueran ultrapirinéicos.[9]
Con su esposa, Pedro tuvo varios hijos:
Manrique Pérez de Lara[10] , (m. 1164) que heredó la jefatura de la casa de Lara y fue el magnate más poderoso de su tiempo.
Álvaro Pérez de Lara (m. 1172),[11] conde, esposo de Mencía López de Haro, hija del conde Lope Díaz I de Haro, señor de Vizcaya. Después de enviudar, Mencía fue abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo
Nuño Pérez de Lara (m. 1177)[12] , conde, esposo de Teresa Fernández de Traba quien después casó con el rey Fernando II de León.
Rodrigo Pérez de Lara [13] En algún momento antes de 1165 Rodrigo se convirtió en el prior de la fundación cluniacense de San Salvador de Nogal, el único caso conocido de un varón de la aristocracia castellana que fue religioso en el siglo XII.[14]
María Pérez de Lara [15] , quien se casó con Pedro Fernández de Castro, primer maestre de la Orden de Santiago.
Milia Pérez de Lara[n. 5] [16] , condesa por su matrimonio con el conde Gómez González de Manzanedo.
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